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lunes, 11 de abril de 2011

Beata María Asunta Pallotta (7 abril)

 Virgen de la Tercera Orden Regular (1878‑1905). Religiosa Franciscana Misionera de María.

María Asunta Pallotta, hija de Luis Pallotta y Eufrasia Casali, nació en Force (Ascoli Piceno) el 20 de agosto de 1878, primogénita entre cinco hermanos. Vivió los primeros años en Castel di Croce hasta que su familia se trasladó definitivamente a Force. No pudo seguir estudios regulares pues muy pronto tuvo que dedicarse al trabajo.
La determinación de abandonar el mundo surgió en ella de una manera súbita e imperiosa, por lo cual, ayudada de personas buenas, dada la pobreza de su familia, se dirigió a la casa de probación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María el 4 de mayo de 1898. Vivió en Roma, Grottaferrata y Florencia, distinguiéndose por la sencillez, la humildad, la prontitud para realizar los servicios más modestos y los trabajos más pesados.
El Instituto de las Hermanas Franciscanas de María recibía su bautismo de sangre, el 7 de julio de 1900, al ser martirizadas por los Boxers siete misioneras en Shansi, China. La fundadora les comunicó a las hermanas de la joven Congregación la noticia entre dolorida y orgullosa. Hacia 1903 María Asunta pidió a la fundadora ser enviada a China, para dar la vida por Cristo y por la fe.
La petición fue aceptada y el 19 de marzo del año siguiente, después de recibir la bendición de San Pío X, junto con otras nueve hermanas, se embarcaba en Nápoles para el Shansi, la misma misión de las mártires, a donde llegó tres meses más tarde. Su deseo era el de entregarse al apostolado, en cambio fue destinada a la cocina.
El invierno fue rigurosísimo; en los primeros meses del año siguiente, 1905, en todo Shansi cundió una terrible epidemia de tifo, y además de varias huérfanas, murieron cuatro religiosas, la tercera de las cuales fue sor María Asunta. Había caído enferma el 19 de marzo, aniversario de su partida de Italia. La tarde del 7 de abril recibió los últimos sacramentos y veinte minutos antes de morir, un perfume misterioso inundó las habitaciones donde ella había vivido. En 1913, al exhumarla su cuerpo fue hallado en perfecto estado de conservación. Los chinos la llamaron, «la santa de los perfumes». Es la primera Franciscana Misionera de María que, sin pasar por el martirio, recibió el reconocimiento oficial de su santidad. Ella hubiera querido convertir a todos los habitantes de China, pero su apostolado fue veloz: se terminó a los 27 años de edad. Beatificada por Pío XII, el 7 de noviembre de 1954.

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